Filomena Marturano: un amor de madre que brilla
Emoción, risas y lágrimas son parte de la propuesta de la obra que transita ya su segunda temporada de éxito. Nuevamente en el teatro 25 de mayo de Villa Urquiza. Imperdible trabajo de Claudia Lapacó y Antonio Grimau
Todos sabemos lo difícil que es construir un éxito en el teatro. Mucho más, lo es, a partir de un clásico. Por ese camino, desde el verano 2016, la obra Filomena Marturano recorre los caminos de la aceptación y el elogio con una magnífica puesta, adaptación y producción incluida de Daniel Mañas.
Convertida primero en el éxito del verano pasado, la obra estrenada, en el Teatro 25 de mayo de Villa Urquiza, regresa ,un año después, al mismo escenario, para demostrar que segundas temporadas no solo son buenas, sino que pueden ser mejores.
El boca a boca, la funciones a sala llena y un buen trabajo de marketing y prensa, viralizó un éxito justificado por una excelente puesta y los “capos laboros” de sus protagonistas, una increíble Claudia Lapacó y un firme y sólido Antonio Grimau. Ahí hay fuerte química.
En el medio de ese recorrido, la obra llegó a mediados de 2016 a la calle Corrientes -- en una excelente temporada en Teatro El Nacional-- donde refrendó la aceptación del público, y coronó un año inolvidable con el merecido premio ACE para Lapacó, como mejor actriz en la última entrega.
“Filomena Marturano, matrimonio a la italiana”, a 70 años de su estreno original -1946—pone a prueba lo inoxidable del texto de Eduardo de Filippo, y que en las manos de Mañas, toma más vigencia aún con una interesante propuesta de comedia, humor, emociones y música, en su dosis casi perfecta.
Con la familia como centro del relato, los vínculos escondidos y las dobles vidas, la obra desnuda con precisión quirúrgica, la Italia de post guerra en una Nápoles cargada de prejuicios.
Y es ese nudo donde el texto entra en sus mejores momentos, porque el humor y el ritmo de la puesta 2017 se fortalece con pasos de comedia en los cuales cada personaje tiene su momento de fortaleza y brillo.
Es la historia de una madre que busca el reconocimiento , ya no solo de su poderoso y cínico compañero, sino también de una sociedad que tiene una imagen machista de la mujer , y que en el caso de Filomena casi es de condena sin tapujos.
¿Hasta dónde es capaz de llegar una madre para recuperar a sus hijos, y que exista un reconocimiento de un padre y de una ciudad que la señala con el dedo? . Ese es el disparador para que Filomena Marturano tenga en vilo a los demás personajes y al público, a quien le dispara sonrisas y emoción en un cóctel contundente.
En este baile del Titanic, Claudia Lapacó brilla y lleva su trabajo a logros tan atractivos que demuestran porque está entre nuestras mejores actrices. Ella, con Filomena, mueve los hilos, y Antonio Grimau, con oficio y pesar de interpretar a un esposo despótico, malagradecido y ventajero, logra que la platea lo termine queriendo, en un contrapunto muy interesante con su compañera de elenco, que se sostiene en los 75 minutos de la obra.
En esta segunda temporada se produjeron algunos cambios de elenco, que no le quitaron equilibrio a la puesta y hasta le permiten momentos de alto vuelo, porque en Filomena Marturano, por la muñeca de Mañas todos tienen su “gran momento”.
Así los tres hijos- del elenco del estreno de 2016 solo queda Ignacio Pérez Córtez , firme con su Umberto, se le suman Luciano Correa (Ricardo) y Talo Silveyra ( Miguel), que demuestra con su personaje, su herencia familiar actoral. Los tres son muy convincentes en la actuación y con mucho oficio a la hora del canto.
Milagros Almeida, la divertida mucama, sigue del elenco original y se pasea con gracia y buen pie como una comediante para no perder de vista, acompañada por la dúctil María Rojí, que vuelve a demostrar su capacidad integral con su personaje de la enfermera-amante, y una sorpresa sobre el final que deja a los espectadores gratamente sorprendidos. El elenco lo completa Hernán Jiménez, como un acalorado y simpático abogado.
A la magia de la obra, que alguna vez interpretaron Tita Merello en el cine nacional, la inolvidable Sophia Loren, en el cine internacional y Kathy Jurado, en Broadway de los años 60, recupera con la Lapacó el brillo , con una actuación contundente llena de matices a la altura de las circunstancias y la historia del personaje.
La escenografía del ganador del Oscar, Eugenio Zanetti es otro gran aporte a la obra, así como las canzonetas napolitanas que vuelan del escenario para quedarse atrapadas en las emociones de cada espectador. Porque el amor a la italiana, tiene sus complejidades, pero es posible.
FILOMENA MARTURANO, AMOR A LA ITALIANA
JUEVES, VIERNES Y SABADO 20:00 HS
TEATRO 25 DE MAYO
TRIUNVIRATO 4444